Como consecuencia de las reuniones promovidas por el Jefe del Gabinete Técnico del Director General del Cuerpo con las asociaciones profesionales, se ha reunido el pasado jueves con Independientes de la Guardia Civil (IGC), por tiempo de unas dos horas para tratar aquellos asuntos que más interesen a esas organizaciones profesionales, evaluando las posibilidades de cambio o mejora.
La reunión, en la que también estuvo presente el Coronel Adjunto al General Jefe del Gabinete, se inició con la cuestión llevada a cabo por el Vocal del Consejo de IGC, para que se replanteara institucionalmente el hecho de prohibir a los Vocales del Consejo que porten y usen el teléfono y/o un ordenador personal durante el desarrollo de las deliberaciones de dicho órgano consultivo, dándose como justificación que de esa manera se evitaban las distracciones o desatenciones de los Vocales hacía esos medios telemáticos, haciendo actividades ajenas a las requeridas en dicho órgano, algunas veces para dar a entender que los vocales están haciendo labores asociativas al tiempo que prestan atención, y que si tanto el Director como su persona atienden y escuchan, para hablar en el corto espacio que les corresponde, que ellos deben hacer lo mismo.
Ante la propuesta de que exista un teléfono conocido para los Vocales, en el propio Consejo, que pueda atender algún guardia civil para alertar a los intervinientes de cuestiones urgentes a las que prestar atención, declinó esa posibilidad.
Respecto al hecho de que algunos Vocales pudieran ser reclamados por la familia ante un hecho urgente o de gravedad, como por ejemplo un problema en la gestación de la esposa, respondió el General Jefe que ante un caso de esos, si se dice, no hay inconveniente que el Vocal pueda tener cerca el móvil, pero no haciendo uso de él, a no ser indicando que le ha surgido un problema de ese tipo.
En cuanto a que el Director General y el General Jefe acudan igualmente sin teléfono al Consejo, aseguró que eso no podría hacerlo el Director porque tiene cuestiones casi permanentes que atender, sobre todo ante eventos o acontecimientos que requieran su intervención urgente, incluso de estamentos superiores, aunque el Jefe del Gabinete interlocutor no se manifestó en contra de no llevarlo él, porque si en algo se le requiere lo hace el mismo Director General. Puso ejemplos de reuniones de alto nivel en las Administraciones en las que los Ponentes de Consejos no portan encima el móvil.
Se pasó al tema de la concesión de las medallas y condecoraciones, a lo que el Jefe del Gabinete coincidió prácticamente en todo con las propuestas trasladas por los socios y delegados de IGC, al asumir que eso pasa por la política fundada en la estadística y en sumar cada vez más actuaciones o intervenciones, y que también influye las anotaciones en ficha de las mismas para que se computen en ascensos, méritos, destinos, etc., lo que las hace más reclamadas, que si se concedieran solo por honor ante actuaciones significativas y destacadas, no habría tanto reclamo.
Puso el ejemplo de la productividad por objetivos, que más que alentar el rendimiento, causa enfrentamientos entre guardias civiles, a veces dijo, incluso llegan hasta a pelearse físicamente, o a intrigar entre ellos, casi se devoran. Recordó que anteriormente en la Guardia Civil había más compañerismo, que ahora se promueve más el individualismo con tanta medición.
Fue severo al juzgar los hechos de enfrentamientos físicos entre guardias civiles, que él los resolvería dando traslado al Fiscal Jurídico Militar para una calificación como delito, porque le parecía lo más denigrante entre guardias civiles.
Sobre la concesión de condecoraciones y medallas redujo el problema a concederlas solo al que aparezca en el atestado, y teniendo por referencia las sentencias condenatorias, porque se inflan mucho los hechos, y se dan por esclarecidos hechos delictivos, imputando a los detenidos, a los que se les puede probar únicamente el hecho en cuestión objeto del atestado, y no los presuntos. Dicha opinión ya fue expuesta en tiempos anteriores por IGC.
Se puso el ejemplo por el portavoz de IGC, de algunos Oficiales que ha negado a los Suboficiales su participación en las investigaciones aduciendo cuando les interesa, que las diligencias las hacen otros componentes de las unidades, aun cuando por la redacción y otras pruebas se sepa a ciencia cierta que las hizo exclusivamente el Suboficial. No le quitó la razón al interlocutor de IGC ,y, puso por ejemplo que su padre fue Suboficial de la Guardia Civil, y sentía aprecio por esa Escala, si bien a lo largo de las conversaciones recriminó a los Comandantes de Puesto que no dan cuenta de los subordinados para un examen médico y psicológico, cuando actúan desequilibradamente o son alcohólicos, por un mal entendido compañerismo, y también dijo que hay cosas que pasan en la Guardia Civil precisamente, a personal subordinado de cualquier empleo, por la falta de ejercicio de la responsabilidad de los que tienen el mando.
Dio muestras, -a juicio del interlocutor de Independientes de la Guardia Civil (IGC)-, que el Jefe del Gabinete Técnico era muy severo en la aplicación del Régimen Disciplinario, pues fue Jefe del mismo, ya que dijo que pasan cosas muy graves, que habría de calificarlas, no como infracción, sino como delito, y que en la Guardia Civil pecamos de buenismo.
Sobre ese particular el interlocutor de IGC le dijo que la imposición de sanciones severas, sin antecedentes de sanciones por el mismo tipo, generan mayor conflictividad e indisciplina ante una contundencia desde el primer momento, que se considera injusta y desproporcionada cuando no hay contumacia y reincidencia por el subordinado, ya que nadie está libre de equivocarse o tener un mal día, o caen fácil en la provocación. No tienen las graves sanciones efectos ejemplarizantes ni persuasivos sobre el sancionado, dijo IGC, sino que generan consecuencias más graves y perniciosas sobre la persona.
El presidente de IGC puso en evidencia que en la Guardia Civil hay actos de mucha crueldad, desviaciones de poder, arbitrariedades, injusticias a las que no se pone remedio, y si bien es cierto que cada cual lo ve de distinta forma, o desde perspectivas diferentes, hay asuntos fácilmente discernibles, y sin embargo se mantienen las situaciones en base a la legitimidad del sistema y de la línea de mando. El Jefe del Gabinete dijo que también los hay que quieren engañar con sus peticiones, haciendo creer lo que no es.
El mismo interlocutor de IGC dijo no cuestionar el sistema de jerarquía, disciplina, y subordinación, sino el uso desviado y abusivo del mismo, y que por supuesto que hay subordinados perniciosos como jefes perniciosos. No pudo argumentar mucho el presidente de Independientes de la Guardia Civil (IGC), porque en algunos momentos el Jefe del Gabinete adujo mucho sobre lo que él personalmente defendía, sin dar mucha opción, cuando intentaba hacerle ver éste, el por qué de sus posiciones, sin poder profundizar más, si bien en otros momentos pudo explayarse profundamente, escuchando el General.
Respecto a las prerrogativas para las asociaciones profesionales, el interlocutor de IGC dijo que las dependencias que se iban a dar a las asociaciones eran más que pequeñas, hasta el punto de ser poco útiles para permanecer en ellas. La respuesta fue que no había más espacio, ni más dinero para invertirlo, y que hay dependencias anexas que pueden servir también para la escasez de espacio de la DGGC, a falta de que con el tiempo haya presupuesto.
Se habló de personal, despliegue, reorganización, etc., en temas que había plena coincidencia y en las que IGC se comprometió a través de su presidente, a remar en la misma dirección.
Conclusión
El General permitió una conversación sincera y cercana, adujo mucho en favor de sus posiciones, que las mantuvo inalterables, aunque si asumió que no hay nada irremediable y que sí que se puede influir en las personas para evitar, lo que de malo salga de ellas, aún de ser la maldad algo inherente a la persona.
Se le puede considerar un mando atípico, o al menos con una faceta que los subordinados no alcanzan a ver, si no se favorecen climas de expresión, aunque el entendimiento parezca difícil en temas relativos a disciplina y funcionamiento interno, es más fácil en cuanto a organización, dependencias, despliegue y relaciones sociales o institucionales; aunque se mantiene férreo en la defensa de la libre designación en policía judicial e información, porque el sistema de méritos dice, tampoco es perfecto al promover a licenciados universitarios. A lo que el presidente de IGC le reiteró que es cierto que no es perfecto, pero si más justo, porque en él no se discrimina a los guardias civiles por su personalidad, forma de pensar o actuar, o simplemente por ser como es él, directo, sincero, y claro, pueda o no tener toda o ninguna razón, lo cierto es que se debe atender a los valores de justicia, igualdad, y seguridad jurídica.
Ofreció por último el General Jefe del Gabinete Técnico del Director, el típico canal de comunicación, para cuestiones de relevancia en las que pueda intervenir, pero en lo reglado debiendo acudir a las formas de petición, defensa y recurso que permite la ley, aunque podamos poner el foco de atención en determinados asuntos.