Independientes de la Guardia Civil (IGC), considera la normativa vulneradora de los derechos a la propia imagen, al desarrollo de la personalidad, a la libertad de expresión, información y comunicación, además de ser motivo de discriminación por sexo.
IGC no pretende ser alarmista ni impedir que las Autoridades administrativas puedan ejercer su poder rector de dirección y organización, pero considera que la normativa que desarrolla el Director General de la Guardia Civil transgrede su ámbito de potestades, porque es limitativa de derechos fundamentales que sólo por ley orgánica pueden regularse, sin rebasar su contenido esencial.
El Director General de la Guardia Civil pretende sacar adelante, tan sólo con informar y escuchar al Consejo de la Guardia Civil compuesto en su mitad por los Generales del Cuerpo, dos órdenes generales en las que prohíbe o limita derechos fundamentales de las personas como el de la propia imagen, al prohibir tintes de pelo que no sean naturales de los colores del cabello, o la prohibición de trenzas de tipo étnico, lo que ya de por sí, además es una discriminación por razón étnica.
Tampoco permite corte de pelos irregulares y exige que el corte de pelo en los hombres sea el clásico y la mujer debe llevarlo recogido.
También se incluyen discriminaciones por razón de sexo: las mujeres pueden llevar en las uñas esmaltes transparentes, pintarse los labios o maquillarse, mientras a los hombres se les prohíbe a no ser que sea consecuencia de una prescripción médica temporal por motivos de salud. Igualmente los componentes femeninos de la Guardia Civil pueden llevar pendientes y los hombres no.
Tan sólo se permite a los guardias civiles, sean hombres o mujeres, a llevar dos anillos, que no sean muy voluminosos, en los dedos de las manos.
Así la norma es tan limitante, que los componentes del cuerpo no podrán llevar llaveros que sobresalgan de los bolsillos, ni tener en lugares públicos charlas prolongadas entre ellos o ni siquiera fumar en lugares no prohibidos.
IGC considera la propuesta retrograda y no adaptada a la sociedad actual, ya que siguiendo en el capítulo de prohibiciones y/o limitaciones, no se prohíbe masticar chicle, pero se ordena que se evite, por lo que sólo quedaría justificado mascar chicle ante una causa justificada. Igualmente, los guardias civiles no podrán llevar nada en las manos, como pudieran ser bolsas, paquetes o cualquier objeto.
Durante el tiempo de prestación del servicio, se les prohíbe atender, consultar o usar dispositivos electrónicos móviles particulares, y sólo podrán comunicar con familiares a través de los medios oficiales desde las centrales coordinadoras de los servicios. No obstante, se podrá portar apagado, para su uso en la pausa de descanso del servicio, aunque en determinados momentos o lugares, o por orden del superior, se podrá prohibir portarlo incluso apagado.
Desde IGC consideramos este último punto absolutamente ilógico, ya que las nuevas tecnologías deben ser una herramienta mas a nuestro alcance laboral. Por poner un ejemplo, el anticuado sistema de comunicación SIRDEE tiene muchas “zonas oscuras” sin cobertura, donde un teléfono móvil puede ser la solución de un aviso por accidente o similar.
Independientes de la Guardia Civil (IGC) considera que aún de ser un profesional de la Justicia, el Director General de la Guardia Civil está siendo objeto de utilización por parte de aquellos sectores más retrógrados y reaccionarios de la Institución.
Según IGC, por observación directa han constatado que, -en una reunión con el Director General D. José Manuel Holgado Merino, y con su personal subordinado-, era interrumpido cuando preguntaba algo comprometedor a sus interlocutores, para que no pudiera escuchar la respuesta de los dirigentes de esa asociación profesional, y además era su personal subordinado el que desviaba la conversación.
A diferencia de otros Directores Generales que mandaban callar a los subordinados que le interrumpían, el actual que tiene por profesión Magistrado, permite esa irrespetuosa forma de actuación, que debería ser corregida por los que la practican, pues deben someterse al principio de jerarquía, disciplina, y subordinación.
Independientes de la Guardia Civil (IGC) pide al Director General de la Guardia Civil que utilice en sus decisiones las formas y técnicas de los Jueces y Magistrados y se aparte de influencias directas, para poder reflexionar, tras escuchar a las partes, pudiendo tomar una decisión ajustada a derecho, lo menos restrictiva posible y lo más favorable para los administrados, en este caso los guardias civiles cuando ejercen su profesión.
IGC pide también que se permitan y protejan en los guardias civiles las formas de moralidad, imagen y propia personalidad, generalmente aceptadas por la ciudadanía, las buenas costumbres y el orden público, sin restricción ilegítima de ningún derecho fundamental.