Ayer fue un día triste, triste para la Guardia Civil y todos los compañeros que ella componemos, pero sin lugar a dudas, el más triste para esas dos familias que han perdido a una persona, un marido, un padre, un hijo… y esos guardias que han perdido no un compañero, si no dos.
Cuando salgo de casa para ir a trabajar, suelo despedirme de mi mujer y mi hija con un “adiós”, ya que un “hasta luego” significa que las veré después, pero nunca sé si ese momento llegará y no volveré a verlas por qué en mi servicio ha pasado algo horrible.
Eso mismo pasó ayer en Teruel. Dos compañeros, grandes personas, Victor Romero y Victor Jesus Caballero, pasaron a engrosar la lista de caídos en la Guardia Civil. Ambos, se despedirían ayer de su familia antes de ir a su servicio en el Equipo Roca de Alcañiz, sin pensar nunca que sería su último día, su último servicio.
Una persona, por decir algo, les ha asesinado a sangre fría, aunque por cuestiones legales debemos decir “presunto”.
A las 05:00 horas de esta madrugada de viernes, han detenido al “presunto” asesino, que al parecer, no es la primera vez que mata, y no es la primera vez que mata a un policía. No voy ni a escribir su nombre, ya que no se merece tenerle en la misma entrada que mis dos compañeros, si por mi fuera no se merecería nada y hasta aquí puedo escribir.
Agradecer desde Independientes de la Guardia Civil a todos los compañeros que ayer salieron en busca del asesino, que incluso sin tener servicio, salieron a la calle a buscar al homicida que acabó con la vida de nuestros hermanos y que, de alguna manera, pague por lo que “presuntamente” ha hecho.
Desde aquí, y en nombre de todos los que componemos IGC, queremos dar nuestro más sentido pésame a familiares, amigos y compañeros.
Descansad en paz y protegernos desde el cielo ángeles verdes, cuidad de nosotros como hasta ahora hacíais aquí.